En Reino Unido, por ejemplo, se han puesto en boga en los últimos años las clases de «hipnoparto», en las que se les enseña a las mujeres a punto de dar a luz a concentrarse en la relajación, la respiración y la autohipnosis para reducir la agonía de las contracciones durante el parte. ¿Pero existe alguna explicación científica que avale a esta técnica antiquísima que nos lleva a centrar la atención, reducir la conciencia del entorno, y a responder sin esfuerzo a las sugestiones ajenas?
